Reportajes
LUN 11.04.2016
En la ribera del Manzanares tienen motivos de peso para sonreír. El Atlético de Madrid vuelve a soñar con la Liga BBVA tras situarse a solo tres puntos del FC Barcelona, con un Antoine Griezmann que encadena siete jornadas consecutivas marcando y un Koke que viene de firmar una actuación estelar ante el RCD Espanyol. No obstante, una de las cosas que más ilusión desata entre la afición colchonera es el resurgir del mejor Fernando Torres.
El fuenlabreño entró en las categorías inferiores del club con once años y, con sólo 17, logró hacerse un hueco en la primera plantilla. Tras su debut frente al CD Leganés, un 27 de mayo de 2001, su primer gol sólo se hizo esperar una semana más. Lo hizo ante el Albacete Balompié y allí comenzó a escribirse su leyenda, la de un 'Niño' que terminó luciendo el brazalete de capitán con apenas 19 años y que se marchó a Inglaterra con la promesa de volver.
Pasaron siete temporadas, pero Torres cumplió con su palabra y regresó al club de sus amores en enero de 2015. Lo hizo entre lágrimas de emoción y deseoso de vivir nuevos éxitos en el Vicente Calderón, un estadio que corea su nombre en cada partido y que sonríe cada vez que ve a su hijo pródigo brillar.
Tras un comienzo con altibajos, el delantero se ha reencontrado con su mejor versión esta temporada. Marcó su gol número 100 con el Atlético ante la SD Eibar y, superada esa pequeña presión, los goles han ido fluyendo.
El ariete suma ya siete tantos en la Liga BBVA, después de haber marcado en los dos últimos choques, y ante el RCD Espanyol estuvo en todas: estrelló un balón contra el travesaño, marcó el gol del empate y dio una asistencia a Koke. El mejor Torres está de vuelta en el momento cumbre.
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