Momento histórico: César Sánchez

El guardameta natural de Coria, ha dejado su huella en LaLiga y en el fútbol a nivel general. Disputó un total de 401 partidos en LaLiga Santander a lo largo de los años que estuvo defendiendo las porterías de los diferentes equipos en nuestro país.

Debutó en LaLiga Santander el 24 de mayo de 1992 frente al FC Barcelona y portando la elástica blanquivioleta. Saltó al terreno de juego en el minuto 57 del partido para ocupar la portería que defendía Mauro Ravnić, en un encuentro que se saldó con victoria para el conjunto catalán. Fue el primer partido en la máxima categoría para el joven jugador cacereño, que alternaba titularidad entre el filial y el primer equipo. El protagonismo de César en el Real Valladolid fue exponencial a partir de la temporada 1993/94 y se consolidó como imprescindible para los pucelanos dos campañas más tarde, a partir de las cuales disputó prácticamente la totalidad de minutos disponibles bajo palos.

Su extraordinario rendimiento como guardameta del equipo vallisoletano despertó el interés del Real Madrid a comienzos de los 2000, temporada en la que fichó por el conjunto blanco poniendo fin a una etapa de nueve campañas al servicio del cuadro castellano leonés.

Su primer curso en el Santiago Bernabéu concluyó con el primer trofeo de LaLiga en su palmarés, tras disputar cinco partidos. Pero no sería el único, ya que el equipo volvió a ocupar la primera plaza de la clasificación, dos temporadas más tarde. El año 2005 fue el último en su etapa de un lustro defendiendo el escudo del Real Madrid y puso rumbo a Zaragoza para jugarlo todo en las tres campañas que permaneció como guardián del equipo maño.

Tras media temporada alejado de las fronteras españolas, recaló en el Valencia CF a mediados del curso 2008/09, donde permaneció hasta el año 2011. Con 39 años y tres temporadas militando en el conjunto ‘ché’, se trasladó a Villarreal para concluir su etapa como futbolista. El último partido disputado por el portero groguet tuvo lugar el 17 de septiembre del año 2011, que enfrentó al Villarreal CF frente al Granada CF y que se saldó con derrota. Un final amargo para una carrera brillante.

César era un fortín, un portero con reflejos y un trabajador que no perdía la ilusión. Un cancerbero que mantuvo siempre un espíritu joven a pesar del paso del tiempo y que tenía las cosas muy claras. Era compañero y ejercía de líder si la ocasión lo merecía. Entre su cualidades destacaban la seguridad en la toma de decisiones, su buen golpeo del balón, los envíos certeros y una autocrítica que lo convertían en un valor seguro, para cualquier club que tuviera la suerte de que ocupase el lugar delante de las redes.

Un jugador que se recuerda por su amor al fútbol y un embajador de LaLiga que se ha ganó con creces en el terreno de juego, el cariño de los aficionados.